Evolución del Concepto de Trastorno de Estrés Agudo en el DSM y CIE – Línea de Tiempo y Descubrimientos Clave

Evolución Interactiva del Concepto de Trastorno de Estrés Agudo en el DSM y CIE

1952 – DSM-I

No incluye el Trastorno de Estrés Agudo. Las reacciones agudas al estrés se clasifican como «Reacción situacional transitoria».

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El DSM-I, publicado en 1952, no incluía el Trastorno de Estrés Agudo como una categoría diagnóstica específica. Las reacciones agudas al estrés probablemente se clasificaban bajo «Reacción situacional transitoria» o «Reacción intensa al estrés». Estas categorías se utilizaban para describir reacciones temporales a situaciones estresantes, pero no había un reconocimiento específico de las respuestas agudas al trauma como un síndrome distintivo. La comprensión de las reacciones inmediatas al trauma era limitada y se consideraban principalmente como respuestas normales a situaciones anormales.

1967 – CIE-8

No incluye el TEA. Las reacciones agudas al estrés podrían clasificarse como «Trastornos situacionales transitorios».

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La CIE-8, publicada en 1967, no contenía una categoría específica para el Trastorno de Estrés Agudo. Las reacciones agudas al estrés probablemente se clasificaban dentro de los «Trastornos situacionales transitorios». Esta clasificación reflejaba una comprensión limitada de las respuestas inmediatas al trauma y tendía a ver estas reacciones como temporales y autolimitadas. No se reconocía la naturaleza potencialmente severa y disruptiva de las reacciones agudas al trauma, ni su posible papel en el desarrollo de trastornos más crónicos.

1980 – DSM-III

No incluye el TEA como categoría separada. Las reacciones agudas podrían clasificarse como «Trastorno de estrés postraumático de inicio agudo».

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El DSM-III, publicado en 1980, no incluía el Trastorno de Estrés Agudo como una categoría separada. Sin embargo, introdujo el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), que podía tener un inicio agudo. Las reacciones agudas al trauma que ocurrían inmediatamente después del evento podrían haberse clasificado bajo esta categoría si cumplían los criterios. Esta clasificación representó un avance en el reconocimiento de las respuestas al trauma, pero aún no distinguía entre las reacciones agudas inmediatas y las más prolongadas.

1992 – CIE-10

Introduce la «Reacción a estrés agudo» como categoría diagnóstica.

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La CIE-10, publicada en 1992, introdujo la «Reacción a estrés agudo» como una categoría diagnóstica específica. Se definió como una reacción transitoria de gravedad significativa que se desarrolla en un individuo sin ningún otro trastorno mental aparente, en respuesta a un estrés físico o psicológico excepcional. Se especificó que los síntomas debían aparecer dentro de la primera hora de exposición al estímulo o evento estresante y comenzar a disminuir no más de ocho horas después para eventos transitorios o 48 horas para eventos más prolongados. Esta inclusión representó un reconocimiento importante de las reacciones agudas al trauma como un fenómeno clínico distinto.

1994 – DSM-IV

Introduce el «Trastorno por Estrés Agudo» como categoría diagnóstica separada.

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El DSM-IV, publicado en 1994, introdujo por primera vez el «Trastorno por Estrés Agudo» como una categoría diagnóstica separada. Se definió como una respuesta aguda a un evento traumático que incluía síntomas disociativos, de reexperimentación, evitación y aumento de la activación. Los síntomas debían durar un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas, ocurriendo dentro de las 4 semanas posteriores al evento traumático. Esta inclusión reflejó un reconocimiento creciente de la importancia de las reacciones agudas al trauma y su potencial papel en el desarrollo del TEPT. También se consideró como una forma de identificar a las personas en riesgo de desarrollar TEPT.

2013 – DSM-5

Mantiene el TEA con cambios en los criterios, reduciendo el énfasis en los síntomas disociativos.

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El DSM-5, publicado en 2013, mantuvo el Trastorno de Estrés Agudo como una categoría diagnóstica, pero realizó cambios significativos en los criterios. Se redujo el énfasis en los síntomas disociativos, que ya no eran requeridos para el diagnóstico. En su lugar, se requiere la presencia de 9 de 14 síntomas de cualquiera de las cinco categorías: intrusión, estado de ánimo negativo, disociación, evitación y arousal. El marco temporal se mantuvo (3 días a 1 mes después del evento traumático). Estos cambios reflejaron la investigación que sugería que los síntomas disociativos no eran necesariamente predictivos del desarrollo de TEPT y buscaron mejorar la utilidad clínica del diagnóstico.

2018 – CIE-11

Mantiene la «Reacción a estrés agudo» con criterios simplificados.

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La CIE-11, publicada en 2018, mantuvo la «Reacción a estrés agudo» como una categoría diagnóstica, pero con criterios simplificados. Se define como una respuesta transitoria a un evento estresante excepcional que implica múltiples síntomas como aturdimiento, ansiedad, ira o desesperación. Los síntomas generalmente comienzan dentro de las horas o días posteriores al evento y típicamente comienzan a disminuir dentro de unos pocos días después del evento o tras la eliminación de la situación amenazante. La CIE-11 enfatiza la naturaleza normal y esperada de muchas reacciones agudas al estrés, sugiriendo que el diagnóstico solo debe hacerse cuando los síntomas son lo suficientemente graves como para causar un deterioro significativo en el funcionamiento personal.

2022 – DSM-5-TR

Mantiene los criterios del DSM-5 para el TEA con actualizaciones menores en el texto descriptivo.

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El DSM-5-TR, publicado en 2022, mantiene los criterios diagnósticos para el Trastorno de Estrés Agudo establecidos en el DSM-5. Las actualizaciones fueron principalmente en el texto descriptivo, incorporando nueva investigación sobre prevalencia, factores de riesgo, curso del trastorno y consideraciones culturales. Se proporcionó información adicional sobre la presentación del TEA en diferentes grupos de edad y poblaciones. El DSM-5-TR también refuerza la importancia de considerar el contexto cultural en la evaluación de las reacciones agudas al trauma. Se incluyó información actualizada sobre intervenciones tempranas y tratamientos, enfatizando la importancia de un enfoque centrado en la seguridad y la estabilización en la fase aguda post-trauma. Esta revisión refleja un entendimiento más matizado del TEA y su relación con el desarrollo posterior de TEPT.

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