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  • ¿Qué papel juega la personalidad en la aparición del cáncer?

    ¿Qué papel juega la personalidad en la aparición del cáncer?

    La personalidad es aquello que nos define cómo somos, cómo nos comportamos, sentimos y pensamos, pero también puede ser el origen del cáncer.

    El cerebro juega un papel destacado en la salud, tanto por sus efectos reguladores, como por ser donde se aloja la conciencia de la persona y donde se conforman los recuerdos, memoria y aprendizajes, todo lo cual va a permitir el desarrollo de la personalidad del individuo.
    Un mal funcionamiento del cerebro debido a una lesión, infección o enfermedad, y por ende de los órganos regulados por éste, va a propiciar y facilitar la aparición de enfermedades; igualmente los trastornos psicológicos, van a estar en la base de la aparición de disrupcciones del normal desarrollo de los órganos y por consiguiente de la aparición de determinadas funciones.
    La personalidad, definida como la forma de pensar, sentir y actuar de la persona, la cual va a jugar un papel destacado en la presencia de unas determinadas enfermedades psicosomáticas frente a otras.
    Siguiendo la teorías de rasgos, las personas se pueden clasificar en alguno de los siguientes tipos:
    – Personalidad tipo A, donde predominan rasgos ansiosos, marcados por la competitividad y la agresividad. En éste tipo va a ser más frecuente que aparezcan patologías asociadas al estrés y a problemas coronarios, especialmente vulnerable a los ataques del corazón.
    – Personalidad tipo B, marcado por la estabilidad emocional y la calma de pensamiento, siendo sociable y afable. Se trata de una personalidad asociada a la protección y refuerzo del organismo, ya que la salud es un bien que cuida la persona.



    – Personalidad tipo C, donde se produce una exageración de la expresividad de sentimientos positivos, para ocultar y mitigar los negativos, mostrándose excesivamente cariñoso, afable y amistoso, pero además se muestra pasivo, obsesivo e inconformista. Asociado a padecer reumas, infecciones, alergias, afecciones cutáneas y cáncer.
    – Personalidad tipo D, marcado por altos niveles de alexitimia, autoexigencia, falta de asertividad y baja autoestima. Asociado a patologías como trastornos del estado de ánimo, depresión y ansiedad, úlceras pépticas, trastornos vasculares, como hipertensión, cardiopatías isquémicas o arritmias.

    Eso no quiere decir que si alguien tiene una de las personalidades anteriores vaya necesariamente a enfermar, pero sí es más probable.
    En un reciente estudio realizado por Marmara Üniversitesi (Turquía) publicado en Asian Pacific Journal of Cancer Prevention donde se analiza el papel de la personalidad en los casos de cáncer. Para ello se analizaron los cuadros clínicos y datos demográficos de 237 pacientes oncológicos, empleando para la evaluación de la personalidad el cuestionario Big Five, cuyas categorías son: extaversión, inestabilidad emocional, apertura a la experiencia, responsabilidad y amabilidad. Mostrando cada persona más o menos rasgos de cada categoría.
    Los resultados concluyen que los pacientes oncológicos muestran mayores puntuaciones en la categoría «apertura a la experiencia», mostrándose éstos como conciliables, responsables, moderadamente estables emocionalmente, abiertos y extravertidos, siendo estos rasgos más marcados en mujeres frente a hombres.
    Resultados que coinciden con los datos que correlacionaban a los pacientes oncológicos con la personalidad tipo D, donde se muestran más «positivos» de lo que son, de cara a los demás, siendo extrovertidos y abiertos, cuando en realidad están «ocultando» sus vivencias negativas, el dolor o el sufrimiento que padecen, o los conflictos que tiene, impidiendo que nadie sepa de ello. Aspecto que en ocasiones dificulta la comunicación médico-paciente, lo que lleva a dificultades en cuanto al conocer cómo va evolucionando realmente el tratamiento.
    Una de las debilidades de éste estudio es que no realiza distinción alguna entre distintos tipos de pacientes oncológicos, con lo que las aplicaciones clínicas de los resultados quedan bastante limitadas, igualmente el empleo de habitantes de una sola población (turca) hace que los resultados puedan ser fruto de aspectos culturales que juegen un papel importante en cómo se expresan las emociones en dicha sociedad, por lo que se requiere de nuevas investigaciones transculturales para dar por válidos los resultados de éste estudio.

    Bibliografía Recomendada:
    Turhal, N.S. y cols. (2013). Personality Traits in Cancer Patients. Asian Pacific Journal of Cancer Prevention.
    Serna, E.J.C. y cols. (2013). Relación entre la personalidad tipo c y el cáncer. Psicoespacios.
    Valls, E. y Rueda, B. (2013). Personalidad, afrontamiento y calidad de vida en pacientes con enfermedad cardiovascular. Boletín de Psicología.


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  • ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    El mundo emocional juega un papel destacado en cómo sentimos y padecemos, pero las emociones negativas nos va a hacernos enfermar cuando estas se anquilosa.

    Los sentimientos internos, de activación, como euforia o rabia, van a sobreexcitar al organismo modificando su nivel basal de reposo, haciendo que pensemos y nos comportemos de forma distinta a cómo lo solemos hacer; igualmente sentimientos de desactivación como el duelo o la tristeza, van a reducir la actividad del organismo, modificando igualmente nuestros pensamientos y conducta.
    Modificaciones por activa o pasiva, que pueden acarrear cambios en los niveles de ansiedad, la respiración, el dolor y el tono muscular, lo que a su vez va a tener efectos sobre el ciclo de sueño o el sistema inmunitario, por lo que si se trata de algo transitorio no va a tener mayores consecuencias, pero si éstas emociones se mantienen pueden acarrear problemas psicosomáticos producidos y motivados por el sistema límbico.,
    Así una situación de dolor psicológico (duelo) o depresión, puede desencadenar estados ansiosos puntuales, pero normalmente se caracterizará por un estado decaído, respiración superficial y enlentecida, próxima al de la melancolía, con hipersensibilidad a los estímulos externos, como la luz, los sonidos y también al dolor, sintiéndolos estos como más intensos, estando más sensibles a cualquier “agresión” externa, también se va a perder el interés por cualquier actividad física, mostrando un tono muscular decaído y flácido.
    El sueño se va a ver entorpecido por pensamientos de culpa e inutilidad que acompañan a estos estados, con recuerdos sobre las circunstancias que han motivado ese duelo o depresión, con “rumiación mental” donde se repiten una y otra vez los mismos pensamientos negativos, todo lo cual va a impedir que se duerma bien, perjudicando en cantidad y en calidad el sueño, lo que entre otros va a reducir el funcionamiento del sistema inmune que no va a poder realizar sus funciones durante la noche. Situación que si se mantiene demasiado tiempo va a afectar a todos los órdenes del organismo, empezando por el sistema inmunitario.



    Una emoción de euforia o ira, va a expresarse con altos niveles de estrés, lo que va a proporcionar una “falsa” claridad de pensamiento, sintiendo que “ahora lo entiende todo”, y que puede tomar cualquier decisión sin errar. En estos estados se produce una hiperventilación, aumentando los niveles de oxígeno en sangre, con una respiración acelerada y superficial, donde se da un “estrechamiento” atencional, perdiendo mucha información que en un estado de ánimo normal le puede resultar interesante, descartando todo aquello que no sea “su objetivo”, con reducción de la sensibilidad al dolor, tanto físico como psicológico, con una sobreactivación de la tonalidad muscular, lo que le permite no “estarse quieto” y tener que deambular de un lugar a otro.
    Al tener altos niveles de estrés, el sueño se va a ver perjudicado tanto en cantidad como en calidad, debido a esa sobreactivación, lo que va a reducir la posibilidad de “trabajo” por parte del sistema inmune y con ello recuperarse de las heridas y facilitar el aprendizaje.
    Si se mantiene ésta situación, va a facilitar las infecciones al tener debilitado el sistema inmune, así como generar un agotamiento progresivo de los recursos del organismo, dado los altos niveles de ansiedad y por tanto de colesterol en sangre.
    La atrofia del sistema límbico, va a “descolorear” la vida de la persona, no sólo en el aspecto emocional, sino en todos los ámbitos. Lo que hay que distinguir de las personas con altos niveles de Alexitimia, que van a tener dificultades en relacionarse, en tomar decisiones, en conocer qué siente su propio cuerpo y los demás, lo que le va a convertir en un “incompetente” social, ya que el resto de las personas de su alrededor van a manejarse por claves emocionales, que él va a ser incapaz de “ver” ni de procesar, mostrándose frío y distante.
    Éste tipo de personas van a tener un correcto funcionamiento del sistema límbico, lo que sucede es que no han aprendido a “ponerlo en valor” o simplemente se ha “desecho” de su mundo emocional por considerarlo una “debilidad” o algo inútil.
    La toma de decisiones de éstas personas, sería lo más parecido a las decisiones lógicas, frías y calculadas, las que a todos nos convendrían y que escasamente tomamos, basadas en cálculos de pros y contras, donde aquella columna que más sume, se convierte en la decisión óptima, sin dar pie a la improvisación.
    Son personas que les da lo mismo aprender una receta de cocina, que un libro de derecho, que una novela “rosa”, ya que su vivencia va a ser la misma. Con marcados rasgos de personalidad encuadrados dentro del tipo D, hiperactivas, autoexigentes y con baja autoesitma.
    Pero estas personas lejos de “vivir sin emociones”, como cabría pensar, lo que sufren es una “desconexión” entre el mundo emocional interno y su expresión externa, con lo que el cuerpo se va a convertir en el vehículo a través del cual dar salida a dichas emociones, produciéndose una somatización de las mismas.
    Mostrando una mayor probabilidad de padecer llegar a enfermar psicosomáticamente, como la colitis ulcerosa, úlceras péptidas, trastornos vasculares como hipertensión o cardiopatías isquémicas, además de trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
    Y todo ello precisamente por su incapacidad de darle salida por otros medios, como la palabra, la escritura, o simplemente “rompiendo a llorar”.
    Un reciente estudio realizado por la Banaras Hindu University (India) publicado en SIS Journal of Projective Psychology and Mental Health, analiza la relación entre la salud y la alexitimia. Para lo cual analizaron a 150 adultos donde se evaluaba la alexitimia, la salud mental y las vivencias de emociones positivas y negativas.
    Los resultados indican que altos niveles de alexitimia están relacionados con una mayor probabilidad de enfermar con trastornos psicológicos, explicado en parte, por el componente de anhedonía de la propia alexitimia, con el que se pierde la vivencia positiva de las emociones, favoreciendo de ésta forma mayores experiencias negativas.




  • Influencia del sistema límbico en nuestra vida

    Influencia del sistema límbico en nuestra vida

    La información proveniente del exterior va a pasar por un primer tamiz, en el cual el sistema límbico debe de “dar el visto bueno” antes de ser consciente.

    En éste sistema la amígdala juega un papel destacable, para identificar si los estímulos entrantes representan algún tipo de peligro o no, de serlo pone en marcha al organismo para que pueda dar lo antes posible una respuesta de huida o evitación, es decir, “quitarse de en medio” del peligro, o de quedarse “helado”, intentando así que ese peligro “no le vea”, lo cual son restos de nuestros ancestros que tenían que enfrentarse a animales que únicamente les podían ver en movimiento.
    Alegría, tristeza, rabia, culpa, son sentimientos que van a “teñir” nuestra forma de ser y pensar, y en definitiva guiar nuestro comportamiento, de hecho la publicidad busca precisamente incidir en las emociones del consumidor, asociándolas con un determinado producto o servicio, de forma que cuando vea éste, recuerde la emoción que le provocó el anuncio y con ello tenga una mayor predisposición a adquirirlo.
    Pero el mundo de las emociones, y por tanto la influencia del sistema límbico va mucho más allá de servir como filtro o para “sentir” emociones, ya sean estas positivas o negativas, además juega un papel fundamental en la atención, el aprendizaje o la toma de decisiones.
    – La atención se ve inmediatamente captada por aquellos estímulos afectivamente cargados, frente a los “neutros”, además de entre ellos, se atiende antes y con más intensidad a los que tienen una carga negativa, es decir, aquellos que pueden suponer un peligro para la persona y por ende, requieren de una respuesta más inmediata para su supervivencia.
    Una vez captada la atención, por parte del estímulo afectivo, es más fácil que aprendamos, o que estemos dispuestos a tomar la decisión, por lo que se trata de un proceso básico, necesario y previo a cualquier otro proceso, que se produce de forma “instintiva”, sin poder elegir aquello que nos llama la atención o no, aunque con posterioridad si se puede decidir, una vez que seamos consciente de lo que sucede a nuestro alrededor, seguir prestando atención o dejar de atenderlo.
    – El aprendizaje, cuando pensamos en ello, lo hacemos en los estudios “reglados”, donde se debe uno sentar delante de un libro para “engullir” lo allí escrito. Lejos de ser algo monótono y repetitivo, se puede aprender “de todo”, no sólo nombres, datos y fechas que es lo que se denomina conocimiento explícito, sino también a cómo realizar las cosas, por ejemplo conducir, conocimiento implícito. Todo lo anterior puede ser estimulado en un ambiente afectivo afable, agradable y positivo, o entorpecido, cuando no se dan las condiciones anteriores.



    Además de lo anterior, cualquier situación que vivamos o que nos hallan contado, va a quedar fuertemente registrada y por tanto aprendida, cuando ésta va acompañada de estímulos cargados afectivamente. Por ejemplo, casi todo el mundo puede describir multitud de detalles que se produjeron alrededor de aquellos acontecimientos positivos, como por ejemplo la boda, el nacimiento del primer hijo,…; aspectos que por muchos años que pasen, estarán “tan vívidos como el primer día”.

    Igualmente un acontecimiento desagradable como un robo, un accidente de tráfico,… va a hacer que recordemos esos momentos y los detalles de las circunstancias que lo rodearon, durante mucho tiempo. De ahí que a veces a las personas les cueste superar el duelo, por un familiar o amigo perdido, ya que tiene vívidos recuerdos de todo aquello durante largo tiempo, lo que le provocará un daño psicológico continuado.
    – La toma de decisiones, lejos de ser algo “frío y calculado”, en que se busca el máximo beneficio para la persona, está mayoritariamente influido por el mundo emocional de la misma. Si nos ponemos a pensar en las grandes decisiones de nuestra vida, con quien compartimos pareja, qué estudios realizamos, dónde adquirimos la vivienda,…., podemos “autoengañarnos” pensando que era la mejor opción y por eso la elegimos, si reflexionamos sobre ello, nos daremos cuenta de que existieron multitud de aspectos emocionales, implicados en dichas decisiones; ya sean sentidas por nosotros mismos, como aconsejadas por personas que nosotros estimamos y valoramos.

    Una reciente estudio realizado conjuntamnete por University of Cambridge (Inglaterra), Radboud Universiteit y U.M.C. St. Radboud (Netherlands)  publicado en Frontiers in Human Neuroscience en donde se realiza una exhaustiva revisión de los artículos publicados sobre la toma de decisión hasta la fecha. Así se analizan los distintos factores que influyen a la hora de decidir entre varias opciones, prestando especial atención a la influencia social del contexto como modulador de nuestros propias decisiones, ya sea desde el aprendizaje de conductas y valores dado por el aprendizaje social, como por fenómenos como la presión grupal, el conformismo social, la cooperación y estrés social entre otros, todo ello modulado por el campo de las emociones.

    Bibliografía Recomendada:
    Van Den Bos, R. y cols. (2013). Social modulation of decision-making: a cross-species review. Frontiers in Human Neuroscience.

  • El Sistema Endocrino y su influencia en Cáncer de Mama

    El Sistema Endocrino y su influencia en Cáncer de Mama


    El sistema endocrino está distribuido por el organismo,que está implicado en muchas funciones, pero cuando mal funciona es responsable del Cáncer de Mama.

    Entre el sistema endocrino está la hipófisis o pituitaria y la pineal, en el cerebro, pero también se puede encontrar en otras localizaciones, las tiroides, el páncreas, el timo, los ovarios en las mujeres y testículos en los hombres, y las glándulas suprarrenales, . A continuación vamos a ver cada uno de estos y los efectos de su disfunción:
    – El hipotálamo, tiene un efecto “iniciador” del estrés con la producción de C.H.R. lo que conducirá a la liberación de Cortisol en el cuerpo, pero además, va a producir hormonas reguladoras de otras glándulas endocrinas, como la dopamina que inhibe la prolactina inhibiendo así la producción de leche materna; la hormona liberadora de tirotropina, que estimula su producción por parte de las tiroides; hormona liberadora de somatrotropina, que facilita el crecimiento; la oxitocina que facilita el parto y la lactancia materna; y la vasopresina que promueve la absorción de líquidos en sangre. Un mal funcionamiento va a afectar a muchos órdenes del organismo, con los que comunica, transmitiendo así disfunciones al resto.
    – La hipófisis o pituitaria, libera hormonas que activan la producción de hormonas por parte de otras glándulas, la adrenocorticotropina, (A.C.T.H.) que va a facilitar la producción de cortisol por parte de las glándulas suprarrenales, como ya se ha visto; la tirotropina que va a estimular la absorción de yodo por parte de las tiroides.
    Además va a producir la hormona del crecimiento, que facilita el crecimiento celular; hormona luteinizante, que estimula la ovulación; la prolactina, que facilita la producción de leche materna; la oxitocina, que favorece la contracción uterina durante el parto y facilita la lactancia; la vasopresina, que estimula la absorción de agua del organismo.
    A mayor número de funciones, mayor es el “daño” que se produce en el organismo cuando éste órgano deja de funcionar correctamente, cuando se ve afectado y se produce una disminución en su activad se denomina hipopituitarismo, que se suele “expresar” en el incorrecto funcionamiento de las funciones de los órganos asociados, como la tiroides o las suprarrenales.
    – La glándula pineal, principalmente produce la hormona melatonina, implicada en el sistema inmune, el ritmo cardíaco así como en el ciclo del sueño. Su deficiencia provoca insomnio, depresión y aceleración del envejecimiento.
    – Las tiroides, secretan tiroxina y triyodotironina, las cuales cumplen una función de regulación del crecimiento, maduración de órganos, así como del estado de alerta físico y mental. La ausencia de tiroxina en el organismo puede producir cretinismo, lo cual implica retraso mental y físico, con escaso crecimiento, o enanismo, con rasgos menos acentuados, pero con un retraso evidente en el crecimiento. El hipotiroidismo por su parte produce pérdida de memoria y cansancio, pérdida de peso, y elevados niveles de colesterol, entre otros.
    – El páncreas, segrega al duodeno insulina y glutagón, el primero empleado para metabolizar hidratos de carbono, proteínas y grasas, favoreciendo la formación de grasa (almacenando reservas); el glutagón, aumenta los niveles de azúcar en sangre, al liberar glucosa del hígado. La falta de producción de la insulina por parte del páncreas va a desencadenar en diabetes.
    – El timo, produce hormonas, la timolina, la timopoyetina y la timosina, implicadas en la maduración de los linfocitos T, que son células del sistema inmune del organismo, cuya disfunción afecta al normal desempeño del sistema defensivo, facilitando las infecciones y pudiendo desencadenar enfermedades autoinmunes, como la miastenia, caracterizada por una debilidad y fatiga musculo-esquelético, lo que provoca marcha inestable e irregular, dificultad para tragar y respirar, y trastornos del habla, entre otros.
    – Los ovarios, productores de estrógenos, precisos para la formación de los caracteres secundarios femeninos, la distribución de grasas, amplitud de la pelvis, crecimiento de mamas y bello; igualmente producen progesterona, cuya función está relacionada con la menstruación y la preparación del cuerpo para la gestación y el parto. Su disfunción va a acarrear alteraciones en el ciclo menstrual, dolor de cabeza, estreñimiento, depresión y trastornos del sueño.
    – Los testículos, productores de andrógenos, encargados del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios en los hombres, además de producir gametos masculinos, denominados espermatozoides. Su alteración puede llevar a desequilibrios hormonales, disfunción sexual e infertilidad.
    – Las glándulas suprarrenales, produce de cortisol denominado también la hormona del estrés, además de estrógenos, progesterona, esteorides, cortisona, adrenalina, noreprefina y dopamina.



    Un reciente estudio de la UT Southwestern (EE.UU.) publicado en Cell Reports, ha relacionado la actividad de las glándulas suprarrenales con la posibilidad de padecer cáncer de mama. Si hasta ahora se conocía la relación existente con los niveles elevados de estrógenos, éste estudio afirma que el aumento en la producción de colesterol estimula el cáncer de mama, debido a un metabolito del colesterol llamado 27HC.
    Esta investigación abre nuevas vías de intervención, explicando en parte la escasa efeciacia de los tratamientos endocrinos aplicados en el caso del cáncer de mama hasta el momento.
    Aunque el descubrimiento trata únicamente de las implicaciones farmacológicas, es evidente que el colesterol se produce en situaciones de estrés, por lo que complementario a dichos tratamientos sería conveniente realizar el oportuno entrenamiento en técnicas de control y manejo del estrés, para reducir los niveles de colesterol y con ello la posibilidad de padecer cáncer de mama, y en caso de estar padeciéndolo, enlentecer su desarollo y extensión.


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  • ¿Es peligrosa la tecnología en manos de los jóvenes para su salud mental?

    ¿Es peligrosa la tecnología en manos de los jóvenes para su salud mental?

    La tecnología es una herramienta y como tal depende del uso o del abuso que le demos, que pueda tener mayor influencia sobre nuestra vida y nuestras relaciones.

    Riesgos en Internet

    Sabiendo que cualquier sustancia o actividad humana puede convertirse en adictiva siempre que se den las condiciones de «perder el control» de nuestra voluntad, usar excesivo tiempo en dicha actividad quitándosela de otras ya sean relaciones laborales o sociales, cierto nivel de aislamiento a menos que sean «adicciones sociales», con consecuencias económicas, emocionales y familiares negativas, debido a dicha dependencia, donde se producen «inclusiones» de pensamientos, haciéndose difícil no pensar en ello, y creándose cierto nivel de ansiedad y desasosiego cuando está un tiempo sin acceder a dicha adicción. Todo ello explicado por los mismos mecanismos neuronales que permite tender a repetir conductas. dado por sus consecuencia agradables y positivas facilitando así el aprendizaje.
    Igualmente sucede con el uso de nuevas tecnologías, las cuales si dejan de ser útiles para el trabajo o la vida cotidiana, y pasan a ser «necesarios» o «imprescindibles» puede que se esté dando origen a una adicción tecnológica, ya sea al uso «excesivo» de nuevos terminales, teléfonos inteligentes, smartphones o tablets, así como del uso intensivo y «descontrolado» de servicios de mensajería instantánea, como mesenger, whatsapp, twitter o tuenti.



    Jóvenes e Internet

    Fenómenos tan actuales que se han tenido que crear nuevos términos para contemplarlo, como el F.O.M.O. (Fear of Missing Out), es decir, miedo a perderse lo último y no estar al día con lo más actual, identificado por primera vez por University of Essex.

    Por su parte la Villanova Unversity recientemente ha publicado un artículo donde se describe por primera vez un nuevo fenómeno denominado «Sleep Texting», que sería algo así como mandar mensajes mientras duermes. Analizando la frecuencia de ésta conducta, lo que favorece las continuas interrupciones del sueño debido a «mensajes entrantes» que tienen la «urgencia» de responder, más o menos rápidamente.
    En éste sentido y en Psychology of Popular Media Culture se acaba de publicar un artículo realizado por Washington and Lee University un estudio donde analiza la influencia del uso de textos por mensajería (m.s.n.) en la salud de los universitarios. Para ello se analizó a 83 participantes donde se analizaron tres índices de calidad de salud: el agotamiento, problemas de sueño  y la relaciones sociales.
    Se quería estudiar el efecto en estos tres índices del número de mensajes que se recibían y enviaban durante el día, encontrando que se veían afectados negativamente los tres índices a medida que crecían los mensajes que tenían que «administrar», pero donde mayores efectos se encontraron fue con respecto a los problemas de sueño, donde a partir de unos niveles «moderados» de mensajes ya empezaban a provocar altos niveles de ansiedad y con ello dificultades de conciliación del sueño.


    Riesgos en Jóvenes por Internet

    Esto sin duda va a afectar al sueño, tanto en la cantidad como en la calidad del mismo, lo que va a traer consecuencias en la «vida diurna» con una menor capacidad retentiva y de atención, y si se mantiene en el tiempo puede llegar incluso a afectar en la salud.
    De ahí la importancia de «educar» a los más jóvenes en el uso de estos dispositivos electrónicos, ya que como se ha indicado puede generar problemas de desempeño y concentración, sino también de relaciones sociales y los más graves, de salud, asociado al mantenimiento de altos niveles de estrés y a la falta de un sueño de calidad, conciliador y reparador.
    Y todo ello suponiendo que la persona, es «dueña de su voluntad», es decir, no ha caído en una adicción tecnológica, lo que acarrearía aún mayores efectos negativos, ya que, como cualquier otra adicción, la primera dificultad es que la persona se de cuenta de que tiene un problema y que pida ayuda para superarlo.

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