¿Existe la profecía autocumplida a nivel académico?

Uno de los fenómenos más conocidos de la psicología en el ámbito académico es la profecía autocumplida, por el cual si un alumno piensa (cree) que va a suspender acabará suspendiendo.
Igualmente se atribuye al profesor, así si un profesor piensa que está impartiendo clase en un «mal grupo» el número de suspensos en ese grupo será mayor que en otros, pero ¿Existen datos que apoyen la profecía autocumplida a nivel académico?

Esto es lo que ha tratado de averiguarse mediante una investigación realizada desde el Instituto Nacional de Salud Infantil Eunice Kennedy Shriver junto con el Instituto Nacional de Desarrollo Humano y el Servicio de Salud Pública (EE.UU.).
En el estudio participaron padres, madres y profesores de 189 estudiantes, además de los estudiantes.
A todos ellos se les preguntó sobre las creencias en el desempeño de las asignaturas de matemática y lectura de los pequeños a la edad de 10 años; posteriormente se recogieron las calificaciones de los estudiantes a los 10, 13 y 18 años de estas dos materias.
Además se recogieron datos socioeconómicos

Los resultados muestran que existe un desajuste entre las creencias de los profesores y los menores sobre el desempeño en matemáticas y lectura, en cambio las creencias de las madres sobre el desempeño de sus propios hijos son significativamente más acertadas con respecto al desempeño final del menor.
Es decir, independientemente de la creencia del profesor e incluso del propio alumno, su desempeño no va a cambiar con respecto a lo «esperable» por la madre, cuyo criterio es más exacto con el rendimiento que obtendrá el estudiante.
Así a pesar de que un estudiante pudiese verse a sí mismo como con alta competencia para las matemáticas o la lectura esta creencia no se correlacionaba con los resultados obtenidos a lo largo de los años.
E igual pasaba con aquellos estudiantes donde el profesor pensaba que tendría un bajo rendimiento, donde tampoco “acertaba” con el desempeño posterior.
Estos resultados estarían dando cuenta de la debilidad de la profecía autocumplida, en el sentido de que si un menor se desempeña bien para las matemática, lo va a hacer tenga o no creencias positivas o no hacia ello; y que conseguirá sus metas independientemente de la creencia del profesor.