Manifestaciones Clínicas
Los síntomas iniciales de la ELA suelen ser sutiles y pueden variar según la región del cuerpo afectada. Los síntomas más comunes incluyen:
- Debilidad muscular progresiva, especialmente en las extremidades. A medida que las neuronas motoras se deterioran, los músculos correspondientes se van debilitando.
- Fasciculaciones (contracciones musculares involuntarias). Estas contracciones erráticas pueden ser un signo temprano de la enfermedad.
- Problemas de deglución y habla. La debilidad de los músculos faciales y laríngeos dificulta la ingesta de alimentos y el habla.
- Espasticidad (rigidez muscular). La alteración del control motor puede causar rigidez y espasmos en los músculos.
- Problemas respiratorios. La debilidad de los músculos respiratorios puede conducir a dificultades para respirar.
A medida que la enfermedad progresa, la debilidad muscular se extiende a otras partes del cuerpo, lo que dificulta cada vez más las actividades de la vida diaria. Los pacientes experimentan una pérdida gradual de la función motora que los vuelve cada vez más dependientes.