No existe evidencia científica sólida que respalde la idea de que la música clásica aumenta la inteligencia de los bebés de manera significativa o duradera.
Origen del mito:
Este mito se originó a partir de un estudio realizado en 1993, conocido como el «Efecto Mozart». Sin embargo, el estudio original se realizó con estudiantes universitarios y mostró un efecto de corta duración en tareas específicas de razonamiento espacial.
¿Por qué es un mito?
- Los resultados originales no se han replicado de manera consistente.
- El estudio original no se realizó con bebés, sino con adultos jóvenes.
- El efecto observado fue de corta duración (unos 15 minutos) y específico para ciertas tareas de razonamiento espacial.
- No hay evidencia de un aumento general en la inteligencia o en el desarrollo cognitivo a largo plazo.
Lo que sí sabemos:
- La música en general puede tener efectos positivos en el estado de ánimo y la relajación.
- La exposición a la música desde temprana edad puede fomentar el interés y las habilidades musicales.
- Actividades interactivas con música, como cantar o jugar con instrumentos, pueden promover el desarrollo social y motor.